Como ocurrió en los últimos finales de siglo (y en el del XX coincidiendo además con el fin del milenio), parece como si se multiplicase la necesidad de realizar grandes balances y de replantear las bases sobre las que se fundamente la marcha global del mundo. Ahora, estas inquietudes se ven incrementadas con las constataci ón de lo que es percibido como la desaparición de un clima político y económico que habíamos heredado del siglo XIX y que no servía de referencia. La incertidumbre de futuro invade buena parte de las esferas de la actividad humana, tanto individual como colectiva, con lo que se va extendien ...